En SINNETIC, nuestra unidad de servicios cognitivos, desarrolla modelos analíticos y de inteligencia artificial para resolver retos de negocio. Desde aquí observamos cómo la inteligencia artificial se está convirtiendo en uno de los principales instrumentos para modernizar las industrias. Para definir este concepto, es necesario entender lo que significa ser un sujeto inteligente para luego analizar qué elementos de la inteligencia podemos simular a manera de software para hacerlos artificiales.
Un sujeto inteligente, cuenta con una central de computo (Sistema nervioso en los vertebrados) capaz de mantener encendidos y en simultáneo al menos 9 procesos básicos (procesos cognoscitivos) y son los siguientes:
Estos nueve procesos trabajan juntos para facilitar que un sujeto inteligente se adapte de forma versátil al ambiente cambiante, esto facilita su evolución.
La inteligencia artificial, consiste en programar sistemas informáticos que emulen este entramado de procesos mediante recursos de software. Para lograrlo, se debe pensar el la unidad mínima y funcional del cerebro: la neurona, la cual crea redes con otras para transferir información y generar cada uno de los 9 procesos descritos anteriormente (Redes neuronales).
Por diferentes razones químicas, estructurales o funcionales, un sistema inteligente puede no ser adaptativo algunas veces, es así como en entornos reales, estos procesos pueden trastornarse parcial o totalmente, algunos ejemplos pueden ser:
A nivel computacional, estas fallas son equivalentes a los virus, errores de programación o fragmentos de programación que alteran alguna de estas funciones.
Para ejemplificar, hagamos un breve recorrido en uno de los casos de uso mas famosos en inteligencia artificial: reconocimiento de expresiones faciales, útil en seguridad, investigación de mercados etc.:
1. Sensación: Se necesita una cámara que actúe como sensor de los rostros.
2. Atención: Se necesita un filtro que omita la información de fondo y al rededor del rostro para que el sistema se pueda enfocar solo en el rostro.
3. Percepción: Se requieren diferentes sub-sistemas para reconocer diferentes elementos del rostro cómo la expresión, la simetría, la distancia entre puntos específicos, el tamaño de los ojos etc.
4. Memoria: Se necesitará cotejar la imagen entrante contra una base de datos que contiene registros históricos de diferentes rostros.
5. Aprendizaje: Si el emparejamiento de la imagen entrante, no coincide con alguno en la base de datos, se tendrá entonces que guardar este rostro como uno nuevo.
6. Razonamiento: Puede entrenarse el sistema para que resuelva problemas diversos cómo ¿Es un rostro criminal?, ¿Es hombre o mujer?, ¿Es joven o adulto?, ¿Qué emoción expresa?
7. Emoción: Podemos hacer que el sistema genere alarmas en caso que sea un rostro criminal por ejemplo, o hacer que el sistema genere un agradecimiento si la expresión emocional es favorable.
8. Motivación: Podemos programar el sistema para que reconozca un número determinado de rostros y si lo hace, ampliarle la memoria como recompensa o generar paralelización de tareas para distribuirlas entre diferentes unidades de computo.
Casi cualquier caso de uso en inteligencia artificial, es un paralelo a los procesos psicológicos humanos. Por lo que crear sistemas inteligentes se lograría con mayor eficiencia aprovechando la enorme cantidad de investigaciones en psicología cognitiva, neuropsicología y psicología del aprendizaje disponible hasta el momento.